domingo, 3 de diciembre de 2017

Hace 100 años - 3 de diciembre de 1917 - Primera Guerra Mundial - Contraataque alemán en Cambrai

Hace 100 años
3 de diciembre de 1917
Primera Guerra Mundial

Contraataque alemán en Cambrai

Prosigue la lucha en Cambrai. La ofensiva británica, lanzada el 20 de noviembre, tomó a los alemanes por sorpresa y, por un momento, los dejó en situación apurada: la Línea Hindenburg rota, dos divisiones casi destruidas y escasas de suministros. El uso masivo de tanques aparentemente había dado a los británicos una victoria tan vistosa, que la primera jornada del ataque había sido saludada con toques de campana en las iglesias, a lo largo y ancho de todo el Reino Unido. Pero los alemanes no son fáciles de derrotar. Ese mismo día, pudieron disponer de la 107ª División, que había sido enviada a reemplazar otras unidades y pudo ser usada, justo a tiempo, para distribuir sus unidades en los sectores más comprometidos. Para el 23 de noviembre, los alemanes habían reunido cuatro divisiones de refresco en el 23er Cuerpo de Reserva, también llamado Grupo Busigny. Para el día 27, los alemanes ya tenían una fuerza suficiente en el sector, como para intentar un contraataque. La ofensiva británica, por otro lado, había perdido el impulso inicial.

Los alemanes planificaron contraatacar desde el sur de la brecha abierta en sus líneas, para luego arrollar desde el flanco a las tropas británicas que habían quedado atascadas, en amarga lucha, en el estratégico bosque de Bourlon. El 28 de noviembre, los alemanes dieron el primer aviso, con un masivo bombardeo de gases venenosos en dicho bosque. Dos días después, el 30, el 2º Ejército Alemán lanzó todas sus unidades al ataque. Los británicos pensaban que los alemanes no tenían fuerzas como para recuperar la iniciativa en el sector y no tenían idea de lo que les caería, cuando la contraofensiva se inició simultáneamente desde el sur y el norte, con los alemanes intentando romper el cuello de la saliente que se proyectaba sobre las antiguas líneas. A media mañana, la situación de las tropas británicas era peligrosa, con la posibilidad muy cierta de que varias divisiones del 3er Ejército Británico quedaran atrapadas en un gran cerco.

Para el 3 de diciembre, el cuello de la saliente había sido reducido, pero no cerrado. Sin embargo, el Comandante en Jefe de la BEF, general Douglas Haig, ordenó la retirada, para evitar un desastre de proporciones. El audaz ataque de los tanques de Cambrai se saldaba con un fracaso. En algunos sectores, el balance dejó modestas ganancias de terreno a los británicos, pero hubo incluso algunos sectores que, antes de la ofensiva, estaban en poder de los británicos y ahora quedaban en poder de los alemanes, luego de su contraataque. Una reducida saliente permaneció alrededor de Flesquieres, que no reportaba muchas ventajas a los británicos y que, en cambio, sería aprovechada por los alemanes en sus devastadoras ofensivas del año siguiente.

Las defensas británicas empezaron a reorganizarse y gradualmente pudieron reestablecer el orden de sus unidades. Al mismo tiempo, ahora era el turno de los alemanes de ver cómo su ataque perdía impulso, luego de un comienzo muy prometedor, casi con los mismos inconvenientes que sufrieron los británicos, para sostener su ofensiva: fuertes bajas, un caótico sistema de suministros y un mando incapaz de explotar el éxito inicial.

En el balance general de la Batalla de Cambrai, los alemanes pudieron rehacer sus líneas y salir más o menos airosos. Para los generales británicos, fue un nuevo fiasco. Se establecieron comisiones investigativas, para determinar a los responsables de la derrota. El apresuramiento al planificar la ofensiva en Cambrai resultó en que muchas tropas estaban faltas de entrenamiento y el terreno que capturaron brevemente, entre fines de noviembre y comienzos de diciembre, era difícil de defender, salvo que se pudiera proseguir el avance, explotando los éxitos iniciales. Pero la caballería no pudo penetrar las líneas alemanas, al producirse la brecha del primer día.  Sobre todo, lo que parecía una ofensiva prometedora, al iniciarse el ataque británico, el 23 de noviembre, no llegó a ser tan exitosa, como para evitar que los alemanes se reagruparan. Los alemanes además supieron usar en su contraataque nuevas y efectivas tácticas de infiltración en las líneas británicas, que no supieron reaccionar a tiempo y se vieron superadas.

A partir de la lucha en Cambrai, los mandos de la Entente extrajeron lecciones valiosas, que usarían en las ofensivas de la segunda mitad de 1918, que les darían la victoria final. Pero fue un aprendizaje costoso, con más de 44.000 soldados británicos muertos, heridos o prisioneros, frente a un número equivalente de bajas alemanas.

En la fotografía, un grupo de soldados alemanes pasa cerca de un tanque británico, dañado y abandonado durante la batalla.




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