Hace 100 años
5 de noviembre de 1917
Primera Guerra Mundial
La Carga de Beersheba
El 31 de octubre de 1917, las fuerzas del Imperio Británico inician la
llamada Ofensiva del Sur de Palestina, con la Batalla de Beersheba. Antes de la
batalla, los turcos estaban aferrados a una línea defensiva que partía en Gaza,
en la costa del Mediterráneo, y terminaba en Beersheba, unos 46 kilómetros al
sureste. Las tropas británicas y del Imperio estaban encuadradas en la
denominada Fuerza Expedicionaria Egipcia, al mando del general Edmund Allenby.
El plan de Allenby consistía en atacar Beersheba con infantería desde el este,
mientras tropas montadas hacían lo propio desde el suroeste. Para dar más
posibilidades de éxito al plan, los mandos británicos se empeñaron en hacer
creer que el ataque principal se dirigirá hacia Gaza, donde ambos bandos
mantenían la mayor parte de sus fuerzas y hacia donde los británicos habían
dirigido dos ataques previos, sin éxito.
El Cuerpo Montado del Desierto, encargado de sorprender a los turcos
desde el suroeste, estaba mandado por el general Harry Chauvel. Su mayor
problema consistía en hallar agua para sus tropas y caballos en el área de
Beersheba. El reconocimiento preliminar indicaba que las fuentes de agua más
cercanas estaban en Esani, pero esta localidad estaba demasiado lejos, hacia el
oeste de Beersheba, como para ser de utilidad en un ataque contra la línea
otomana. Tras estudiar los registros del Fondo Palestino de Exploración e
interrogar a la población árabe local, Chauvel supo que algunos poblados
antiguos, al sur y suroeste de Beersheba, debían tener pozos. En uno de esos
antiguos poblados, Asluj, fueron hallados los pozos y, tras algunos días de
trabajo, fueron puestos de nuevo en condiciones de proveer agua potable,
haciendo posible un rápido avance sobre Beersheba.
El mando británico implementó varios engaños, para hacer creer al mando
otomano que el ataque sería contra Gaza, incluyendo mantener el grueso de la
infantería ahí hasta el último momento. Las defensas de Beersheba estaban
guarnecidas por 1.000 soldados turcos, apoyados por nueve ametralladoras y dos
aviones. La posición se extendía a través de una serie de reductos y
trincheras, pero al sur y al este, la fortificación era menos formidable. Los
turcos confiaban en que la escasez de agua en las zonas circundantes disuadiría
a sus enemigos de cualquier ataque. Además sabían que un ataque contra sus
posiciones, avanzando de frente, por el terreno abierto que dominaban sus
defensas, costaría muchas bajas a cualquier atacante. Esperaban que los
británicos intentaran tomar Gaza nuevamente, de modo que, en general, no
esperaban encontrarse con una fuerza tan importante, como la que se presentó
ante ellos el 30 de octubre.
Las órdenes del general Chauvel, al dejar Asluj en la tarde del 30 de
octubre, eran cerrar el camino Beersheba-Sakati, unos 10 kilómetros al noreste
del pueblo, para evitar la llegada de refuerzos turcos y también para evitar la
retirada de los defensores. Una vez que el camino fuera cerrado por la División
Montada del “ANZAC”, del general Edward Chaytor, la División Montada
Australiana, del general Henry Hodgson, se encargaría de tomar al asalto las
posiciones de Beersheba. Allenby había insistido en la necesidad imperiosa de
que Beersheba debía caer en el primer día de ataque. Durante la noche del 30 de
octubre, alrededor de 40.000 soldados de la “Commonwealth” se movieron hacia
Beersheba, incluyendo el Cuerpo Montado del Desierto, del general Chauvel, y la
mayor parte del 20º Cuerpo del general Phillip Chetwode, en una marcha de 40
kilómetros, al amparo de la oscuridad. Los soldados sabían que, dejando Asluj
atrás, la única forma de obtener agua era conquistar Beersheba.
En la madrugada del 31 de octubre, las tres divisiones de Chetwode
atacaron las posiciones turcas desde el oeste y el sur, apoyadas por cien
piezas de artillería. A las 13.00 hrs., muchas defensas habían caído, pero los
pozos situados en el poblado de Beersheba seguían en manos de los turcos. La
resistencia turca en Tel El Saba, tres kilómetros al este del pueblo, fue más
dura de los esperado, y la posición no se rindió sino hasta las 15.00 hrs. Una
vez tomada la posición de Tel El Saba, las brigadas de caballería ligera
tuvieron libertad para atacar la posición desde el este. Con pocas horas de
luz, se dieron las órdenes para el asalto final. Chauvel decidió colocar la 4ª
Brigada de Caballería Ligera Australiana como fuerza de ataque contra las
trincheras turcas, sabiendo que debía capturar el poblado antes del anochecer,
para asegurar los pozos, indispensables para la fuerza mayor, que se acercaba
rápidamente al mando del propio general Allenby. El general William Grant,
comandante de la Brigada Ligera, dio aviso a sus hombres de que la única posibilidad
de victoria era una carga de caballería clásica. A falta de sables o espadas,
usaron sus bayonetas como arma de combate.
Para inicios del siglo XX, las cargas de caballería, sable o lanza en
ristres, se habían vuelto poco comunes. Cargar contras las ametralladoras,
fusiles y cañones de una posición fortificada, podía llegar a ser suicida. Las
fuerzas de caballería eran utilizadas para exploración y proveer información a
los comandantes. También eran usadas como pantalla y para entorpecer la tarea
de la caballería enemiga, que intentaba cumplir las mismas misiones. Sin
embargo, dado que el tiempo y el agua escaseaban, Grant ordenó una carga
“clásica”. La carga fue un éxito. Algunos jinetes desmontaron al llegar a las
trincheras enemigas y lucharon como infantería. Pero algunas unidades
simplemente pasaron por arriba de las defensas turcas y llegaron hasta el
poblado.
Al terminar el día, los turcos habían perdido la posición y casi todas
sus tropas era bajas o estaban prisioneras.
Para el 1 de noviembre, las tropas británicas iniciaron su avance desde
Beersheba hacia la zona montañosa de Judea, amenazando Hebrón y Belén, en lo
que se conoce como Batalla de Tel el Khuweilfe. Al mismo tiempo, en la noche
del 1 al 2 de noviembre, los británicos lanzaron la Tercera Batalla del Gaza,
que acabaría comprometiendo toda la línea defensiva otomana. Por fin, los
británicos habían roto el estancamiento en el frente del Sinaí. Iniciaban una
ofensiva que los llevaría a conquistar Jerusalén antes de que acabara 1917.
Abajo, ambulancias de las tropas británicas esperan frente a la mezquita
de Beersheba, luego de capturar el poblado.
Imagen tomada de https://www.awm.gov.au/sites/default/files/styles/large/public/images/P01668_004.jpg?itok=arEKfxdH
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