Hace 100 años
1 de octubre de 1917
Primera Guerra Mundial
Blindados en Mesopotamia
Los días 28 y 29 de septiembre de 1917, se desarrolla la Batalla de
Ramadi, en Mesopotamia, entre las tropas del Imperio Británico, comandadas por
el general Frederick Stanly Maude, contra la guarnición otomana de Ramadi, en
la ribera del Río Éufrates. El ritmo de las operaciones se había moderado,
luego de la ofensiva británica de marzo-abril de 1917, que había sido muy
exitosa para la Entente, pero también muy costosa, de modo que Maude había
necesitado algunos meses para reagrupar sus fuerzas y devolverlas a un estado
aceptable.
Uno de los primeros objetivos británicos para la segunda mitad de 1917
era Ramadi, un punto estratégicamente importante para controlar el Eúfrates y
proseguir hacia el Tigris, que además contaba con una estación de control de
inundaciones. En julio, Maude intentó un ataque, pero sin convicción y sin
disponer aún de todos los medios necesarios. Con mejor planificación, Maude
decidió intentarlo de nuevo a fines de septiembre. Envió una división completa,
que se desplazó rápidamente por los 100 kilómetros de distancia hasta Ramadi,
apoyada por autos blindados. Al llegar, la división inició su ataque el 28 de
septiembre, contra los 4.000 soldados otomanos que defendían la posición.
Los turcos esperaban que los británicos intentaran atacar de nuevo hacia
la orilla del río, pero no estaban preparados para enfrentar autos blindados,
capaces de golpear sorpresivamente las posiciones defensivas desde el flanco,
mientras unidades de caballería eran enviadas para dar un rodeo, detrás de
Ramadi, cortando los caminos que podían permitir a los turcos recibir refuerzos
o suministros. Para la noche del 28, la guarnición otomana estaba rodeada. Un
intento de salir peleando desde el poblado fue abortado por la caballería
británica, que cortó el paso a las tropas turcas. Sin posibilidades de escapar,
superados en número y sin esperanzas de ser reforzados, los turcos se rindieron
en la mañana del 29 de septiembre.
Maude intentó aprovechar su éxito y despachó sus autos blindados para
intentar capturar Hit, entre el Éufrates y el Tigris, pero los malos caminos de
la región impidieron el éxito y los vehículos fueron llamados de vuelta, antes
incluso de acercarse al poblado. A pesar de constituir una importante
innovación, los vehículos de combate dependían mucho de los caminos. Los
tanques, que estaban haciendo su estreno en esta guerra, tenían mejores
posibilidades de salvar terrenos difíciles, incluso en campo abierto, pero el
tiempo demostraría que el uso de fuerzas motorizadas en ataques en profundidad,
seguiría dependiendo de disponer de una aceptable red de caminos.
Los autos blindados habían sido estrenados en el Frente Occidental en
1914, por el “Royal Navy Air Service” (“RNAS”, “Servicio Aéreo de la Real
Marina”) británico, pero no resultaron efectivos en el fango del norte de
Francia, de modo que las unidades respectivas fueron desbandadas y los
vehículos enviados a otros frentes, donde pudieran ser más útiles, como Egipto,
Palestina y Mesopotamia, donde el terreno duro del desierto, menos afectado por
lluvias, podía ser un ambiente propicio para desarrollar todo su potencial. En
Palestina, Lawrence de Arabia recibió un escuadrón de nueve “Rolls-Royce”
blindados, que él calificó como “más valiosos que rubíes”, para su revuelta
árabe contra Turquía. En la siguiente guerra, en escenarios similares, como la
estepa rusa y el desierto norafricano, las fuerzas motorizadas y blindadas
demostrarían ser decisivas, de la mano de comandantes resueltos, como
Montgomery, Rommel y Patton.
Abajo, dos autos blindados “Rolls-Royce”, probablemente parte de las
fuerzas británicas que luchaban en Palestina, al mando del general Edmund
Allenby.
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