Hace 100 años
3 de septiembre de 1917
Primera Guerra Mundial
La Batalla de Jugla
Entre el 1 y el 3 de septiembre de 1917, se libra la Batalla de Jugla, en el territorio
de la actual Letonia, en ese entonces, parte de Rusia. A fines de agosto, el 8º
Ejército Alemán, al mando del general Oskar von Hutier, estaba listo para
asaltar Riga, la capital de Letonia. Las tropas defensoras del 12º Ejército
Ruso tenían como objetivo demorar todo lo posible el avance alemán, para permitir
una retirada ordenada a las tropas estacionadas en la ciudad y evitar que
fueran del todo destruidas. La batalla se luchó en la ribera del río Jugla, de
ahí su nombre.
El alto mando alemán planificaba forzar el cruce el río Dugava y
rápidamente avanzar hacia Riga, capturando la importante ciudad y forzando la
rendición del 12º Ejército Ruso. Otro resultado buscado por los alemanes era
fortalecer su línea del frente, para poder trasladar más tropas desde el Frente
Oriental hacia Francia, conscientes de que Alemania tenía poco que temer de la
Rusia revolucionaria y que la guerra se decidiría en los campos de Flandes.
En la madrugada del 1 de septiembre de 1917, 1.156 piezas de artillería
alemana abrieron fuego sobre las posiciones rusas, que apenas contaban con 66
cañones para defender todo el frente. El bombardeo alemán se prolongó por tres
horas, forzando la retirada de la 186ª División rusa, permitiendo a los
alemanes construir tres pontones sobre el Dugava e iniciar el asalto a la
orilla opuesta. El comandante del 12º Ejército Ruso, general Dimitri Parsky,
ordenó un contraataque con cuatro divisiones rusas, apoyadas por la 2ª Brigada
de Fusileros Letones, que tendría destacada participación en la lucha.
Las tropas letonas llegaron en la tarde del 1 de septiembre cerca de las
cabezas puente alemanas. El 2 de septiembre, tras intenso apoyo de artillería,
los alemanes atacaron las tropas letonas. A lo largo de un frente de 14
kilómetros, se desató una intensa lucha, en que los alemanes se sirvieron del
apoyo de su aviación, lanzallamas y gas venenoso, además de su abundante
artillería. A pesar de estar en franca desventaja, los fusileros letones se las
arreglaron para detener el avance alemán durante 26 horas. La hidalguía de los
fusileros de la 2ª Brigada Letona permitió a los restos del 12º Ejército y a la
1ª Brigada Letona retirarse con relativa calma desde Riga.
Al día siguiente, 3 de septiembre, los hombres de la 2ª Brigada de
Fusileros recibió órdenes de retirarse, no sin sufrir fuertes bajas. Hubo regimientos
que perdieron hasta la mitad de sus efectivos. Riga, una de las ciudades más
importantes del antiguo Imperio Ruso, había sido conquistada por los alemanes.
Sin embargo, gran parte del 12º Ejército Ruso había podido retirarse a salvo y
todavía contaba como fuerza combativa, a pesar del desastre revolucionario que
carcomía al país y a todas sus instituciones, incluyendo al Ejército. Los
alemanes tendrían que seguir manteniendo tropas en Rusia y finalizarían el año
obligados a mantener una guerra en dos frentes.
En la fotografía, el Káiser Guillermo II pasa revista a sus tropas en
Riga, tras su captura en septiembre de 1917. Nótese que el Káiser y sus
generales lucen el “Pickelhaube”, ese tradicional caso militar prusiano
pinchudo, que tan popular fue entre tantos ejércitos del mundo, desde fines del
siglo XIX. A pesar de su indudable prestancia y de estar asociado con las
grandes victorias prusianas decimonónicas, el casco puntiagudo era poco cómodo
en combate y fue gradualmente reemplazado por el más práctico “Stahlhelm”
(“casco de acero”), que lucen las tropas que rinden honores a su emperador y
que, hacía pocos días, habían pasado la dura prueba de enfrentar a los
fusileros letones. Éstos, por su parte, todavía tenían por delante un azaroso
futuro en lo que quedaba de Guerra Mundial y en lo que sería la Guerra Civil
Rusa (noviembre 1917 – octubre 1922).
Imagen tomaba de https://s-media-cache-ak0.pinimg.com/originals/84/d1/c0/84d1c08d64ad04391e9382a5c19c11cc.jpg
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