Hace 75 años
11 de junio de 1942
Segunda Guerra Mundial
Horror en Lidice
La lucha en Rusia es durísima, tanto en el frente, como tras las líneas,
donde opera la resistencia soviética. El 5 de junio de 1942, los alemanes
lanzan la operación “Vogellied” (“Canto de Pájaro”), en la región de Bryansk,
desplegando 5.000 tropas de seguridad, que consiguen rastrear y desbaratar una
agrupación de 25.000 partisanos. Por el momento, la principal batalla del
frente se da en el puerto-fortaleza de Sebastopol, base principal de la Flota
Soviética del Mar Negro, considerado el lugar más fortificado del mundo y que
sufre intensos bombardeos, tanto de parte de la artillería pesada, como de la
aviación alemana.
La Batalla de Gazala sigue librándose en Noráfrica. El 5 de junio, los
británicos intentan un contraataque que tiene algún éxito durante las primeras
horas. Sin embargo, la ofensiva debe ser detenida, luego de que tanques
alemanes penetran la retaguardia británica y aíslan las unidades de avanzada de
sus cuarteles generales, interrumpiendo las comunicaciones. El 6 de junio, los
británicos despliegan un escuadrón de cazas “Hurricane”, modificados y
conocidos como modelo “II-D”. Son los llamados “tankbuster” (“destructor de
tanques”), convertidos en cazabombarderos y armados con un cañón dual de 40
milímetros. En los siguientes diez días, el nuevo escuadrón realizó 37
misiones, dañando 31 vehículos enemigos. Las nuevas aeronaves no pueden, sin
embargo, evitar que el contraataque de las fuerzas de la “Commonwealth” se
convierta en un costoso fracaso.
El 8 de junio, la densa niebla permite a los británicos hacer llegar un
convoy de suministros a los franceses sitiados en BirHakeim. Esa misma niebla,
sin embargo, también permitió al general Erwin Rommel concentrar sus tropas
para el asalto final sobre la fortaleza, sin ser detectados por los defensores.
Este asalto sería comandado por Rommel en persona.A las 13.00 horas del 9 de
junio de 1942, los “panzer” alemanes y los “carro armato” italianos lanzan su
ataque sobre BirHakeim, apoyados por artillería y por bombarderos en picado “Stuka”.
Los hombres de la Legión Extranjera que resisten el asedio han debido reducir
su ración de agua a media taza por día y están completamente aislados del resto
de sus tropas, pero siguen resistiendo hasta el final del día. El 10 de junio,
los defensores rechazan otro ataque, pero ya casi no quedan municiones al
llegar la noche, mientras los “Stuka” no cesan de arrojar sus bombas. El 11 de
junio, los franceses deciden evacuar el fuerte y los restos de la guarnición
consiguen hacer contacto con el 8º Ejército Británico durante la madrugada del
12 de junio. Los alemanes pueden proseguir su ofensiva con BirHakeim asegurado,
pero la porfiada resistencia francesa les ha robado valioso tiempo y ha costado
bajas cada vez más difíciles de reemplazar.
Los Aliados y el Eje saben que los próximos meses serán decisivos en la
gran batalla que se libra por el control del Mediterráneo. Los Aliados
perdieron el control de la costa francesa, Italia es dueña del centro y los
británicos fueron expulsados de Creta, el Egeo y Grecia continental en 1941. Si
cae Egipto, la posición del Imperio Británico en el Medio Oriente se vería muy
comprometida y los alemanes incluso podrían pensar en atacar el Cáucaso
soviético desde el sur, mientras sus ejércitos que arrasan en Rusia lo hacen
desde el norte. No hay esfuerzo que parezca pequeño para mantener Malta, la
estratégica isla, dentro de la lucha y así lo entiende la “Royal Navy”, que
lanza 32 cazas “SupermarineSpitfire” desde el portaaviones “HMS Eagle” el 10 de
junio, para reforzar la maltrecha guarnición aérea, muy presionada por los
escuadrones alemanes e italianos, que no cesan de asediar la isla.
Se vive el epílogo de la Batalla de Midway. En el curso del 5 de junio,
el almirante IsorokuYamamoto debe ordenar a sus marinos que hundan sus dos
portaaviones que se mantienen a duras penas a flote, tras sufrir severos daños:
“Akagi” y “Hiryu”. Durante la noche, Yamamoto ordena cancelar toda la ofensiva
y retirarse con su flota principal, luego de sufrir devastadoras pérdidas, en
portaaviones y pilotos aeronavales, de las que Japón no conseguirá recuperarse nunca
del todo. El 6 de junio, el submarino japonés “I-168” consigue equilibrar un
poco las cosas, cuando logra evadir la cortina de destructores y logra lanzar
cuatro torpedos al dañado portaaviones estadounidense “USS Yorktown”. Dos
torpedos lanzados al “Yorktown” impactan en el destructor “USS Hammann”, que se
parte en dos y se hunde rápidamente. El “Yorktown”, demasiado dañado para
intentar un salvamento, es evacuado y se hunde. El “I-168”, posiblemente la
unidad japonesa más efectiva de la batalla, consigue escapar a la flota que lo
intenta ubicar y hundir, usando sólo dos motores, para ahorrar combustible.
Los japoneses, a pesar de la grave derrota sufrida en Midway, prosiguen
su ofensiva en las Aleutianas. El 7 de junio, los japoneses ocupan Kiska, en el
Territorio de Alaska. El 8 de junio, los japoneses destinan una parte
importante de la fuerza que se retiraba desde Midway, para reforzar la invasión
de las Aleutianas, incluyendo dos acorazados, un portaaviones de escolta y dos
cruceros pesados.
El cruel puño de la opresión nazi no deja de sentirse sobre los pueblos de
Europa. El 10 de junio de 1942, 50 prisioneros polacos, obligados a realizar
trabajos para los alemanes, intentan escapar desde el Campo de Auschwitz. Es la
primera vez que se intenta una evasión masiva desde ese tristemente célebre
lugar. Sólo 9 prisioneros consiguen evadirse y los guardias “SS” responden
ejecutando a 20 prisioneros de inmediato, además de enviar 300 prisioneros
polacos a la cámara de gas, en represalia. Pero la peor atrocidad que se vive
por estos días en la Europa ocupada ocurre en el poblado de Lidice,
Checoslovaquia, castigado en respuesta al ataque que costó la vida de ReinhardHeydrich,
Protector de Bohemia y Moravia, es decir, jefe de la ocupación nazi de la mitad
checa del país.
Tras el atentado del 27 de mayo, Heydrich murió el 4 de junio a causa de
las heridas recibidas. La respuesta de los alemanes consistió en ejecutar
sumariamente a todo aquel que hubiera tenido alguna participación en la
emboscada o hubiera ayudado al comando ejecutor de alguna manera. Entre el
ataque a Heydrich y la muerte de este último, 157 personas murieron en
represalia. Pero las “SS” no se sentían todavía satisfechas con lo que habían
cobrado por la sangre de uno de sus más conocidos y crueles jefes. El 9 de
junio, el jefe policial de las “SS” en Praga, Horst Böhme, junto a los dos
comandantes “SS” de mayor rango en la zona, Karl Hermann Frank y KurtDalüge, rodearon
el poblado de Lidice y bloquearon toda vía de escape. Desde ahí, ejecutaron una
serie de órdenes impartidas personalmente por Adolf Hitler, con el objetivo de
castigar los poblados que pudieran estar conectados con la muerte de Heydrich.
La evidencia que conectaba a los habitantes de Lidice con la muerte de
Heydrich era muy leve, pero aunque hubiera sido más consistente, no justificaba
el trato inhumano que se les estaba dando, en su calidad de civiles no
combatientes, de un país que ni siquiera había estado en guerra con Alemania y
cuya anexión se había producido por medios diplomáticos. Todos los varones
mayores de 16 años fueron llevados hasta un granero, desde donde fueron sacados
en grupos, para ser fusilados. Al final del día, 173 hombres estaban muertos.
Las 203 mujeres y los 105 niños del lugar fueron trasladados hasta el cercano
poblado de Kladno. Todos los animales, tanto domésticos, como de granja, fueron
exterminados.
Los hombres asesinados fueron enterrados en una gran fosa común, excavada
por esclavos traídos desde el campo de concentración de Theresianstadt. Ya sin
residentes, Lidice fue saqueado, incluyendo las tumbas del cementerio, que
fueron abiertas y desde donde se extrajo todo lo que podía tener valor. Los
edificios fueron incendiados y las estructuras de piedra, niveladas. Los
escombros fueron trasladados a otros lugares, para ser usados como material de
construcción, el arroyo fue modificado en su curso y se ordenó plantar cultivos
en el lugar. Por órdenes de Hitler, no debía quedar ni un solo rastro de que
Lidice hubiera alguna vez existido.
Mientras el poblado era destruido, 19 hombres y 7 mujeres, que no estaban
presentes en el pueblo en ese momento, fueron ubicados y ejecutados. Cuando
hubieron terminado su diabólica operación, Böhme, Frank y Dalüge prosiguieron
con la villa de Lezáky, a 150 kilómetros de distancia.
La mayoría de las mujeres de Lidice fueron enviadas desde Kladno hasta el
campo de concentración de Ravensbrück, Alemania. Cuatro de ellas, que estaban
embarazadas, fueron obligadas a abortar. De los niños, 88 fueron enviados a
Lódz, Polonia, y sólo siete, considerados “racialmente aptos”, fueron
reubicados en familias de personal de las “SS”, para ser “germanizados”. A
fines de junio, se ordenó la ejecución del resto de los niños, que fueron
enviados al campo de exterminio de Chelmno, Polonia. Sólo 143 mujeres y 17
niños fueron identificados como sobrevivientes del horror de Lidice, una vez
terminada la guerra.
En Lidice, no hubo nada de las políticas raciales nazis y su barbárico
destino tuvo el solo propósito de servir de escarmiento a los checos que
quisieran resistir de nuevo al ocupante. La operación fue fotografiada y hasta
se filmó un documental, dirigido por el cineasta Franz Treml. La masacre fue
ampliamente publicitada para todo el mundo, como macabra advertencia y causó una
gran indignación internacional que preocupó poco a los nazis, en todo caso.
Frank y Dalüge fueron ejecutados como criminales de guerra en 1946. Böhme
huyó al acabar la guerra y se informó que murió en 1954, pero nunca se supo
realmente que ocurrió con él. El poblado de Lidice fue restablecido en una
ubicación cercana, mientras que el emplazamiento original de la villa fue
conservado como parte de un memorial, dedicado a los
millones de víctimas inocentes de la horrenda represión nazi.
Abajo, oficiales de las “SS” observan los restos mortales de los hombres
de Lidice, recién fusilados.
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