Hace 100 años
11 de junio de 1917
Primera Guerra Mundial
Victoria británica en Messines
El 8 de junio de 1917, se puede dar por terminada la décima Batalla del
Isonzo. Han sido diez intentos, mayormente infructuosos, del “Regio Esercito
Italiano”, de romper el frente austrohúngaro de los Alpes. La ofensiva había
sido lanzada el 10 de mayo, por orden del general Luigi Cadorna, Jefe del
Estado Mayor italiano. Para finales de mayo, la batalla había dado resultados
moderadamente favorables a los italianos, que llegaron a estar a 15 kilómetros
de Trieste, una localidad en al Adriático, de gran importancia estratégica y
que, desde el punto de vista histórico, tenía para los italianos una
significación equivalente a la que Alsacia y Lorena tenían para los franceses.
El 3 de junio, los austrohúngaros lanzaron su propia contraofensiva, con
la que consiguieron recuperar gran parte del terreno perdido antes, de modo
que, para cuando Cadorna ordenó suspender los ataques, el frente había cambiado
poco desde el comienzo de la batalla. Al igual que en los enfrentamientos
anteriores en el Isonzo, las bajas fueron nuevamente altas, con 157.000
lamentadas por los italianos y 75.000 por los austrohúngaros. Cadorna, que se
negaba a darse por vencido, se afanó en concentrar aún más tropas y armamento,
para preparar una nueva batalla en el curso del Isonzo —la undécima—que sería
lanzada en agosto.
En el Frente Occidental, en tanto, el 7 de junio de 1917, los británicos
inician la Batalla de Messines, en el sector de la saliente de Ypres, en el
Flandes Belga. El ataque fue ejecutado por el Segundo Ejército Británico, al
mando del general Herbert Plumer. El objetivo del ataque era el risco de
Messines, una posición fortificada natural, que creaba una pequeña saliente en
el frente alemán. Para preparar su movida, Plumer autorizó la instalación de 22
minas bajo las trincheras alemanas, que empezaron a excavarse un año y medio
antes de la operación. Los alemanes sabían lo que intentaban los británicos, de
modo que desplegaron intensa actividad de contramina. Ocasionalmente los
ingenieros británicos se encontraban con sus colegas alemanes bajo tierra y
feroces luchas cuerpo a cuerpo se entablaban en los túneles.
Las líneas alemanes en Messinesempezaron a recibir las atenciones de la
artillería pesada británica desde el 21 de mayo, con 2.300 cañones y 300
morteros pesados escupiendo fuego. El bombardeo fue suspendido a las 2.50 de la
madrugada del 7 de junio. Los alemanes, sabedores de que el silencio de la
artillería enemiga significaba el avance de su infantería, se apresuraron a
ocupar posiciones defensivas en sus trincheras. Siguieron veinte minutos de
tenso silencio, sólo interrumpido por las bengalas lanzadas al cielo nocturno,
intentando detectar a la infantería británica que debería aproximarse. A las
3.10 de la madrugada, se dio la orden de detonar las minas, cuyo sonido
combinado ocasionó la explosión más ruidosa, causada por el hombre, hasta esa
fecha. El efecto fue devastador en las líneas alemanas, que sufrieron 10.000
bajas inmediatas. A las explosiones, siguieron nueve divisiones de infantería
británica, apoyada por una barrera de artillería, tanques y armas químicas.
Los objetivos iniciales de Plumer fueron alcanzados en tres horas. Las
fuerzas de reserva fueron lanzadas a la batalla, para explotar el éxito, de
modo que, a media tarde, las fuerzas de apoyo del 5º Ejército Británico y del
1er Ejército Francés habían alcanzado sus propios objetivos. Tras la sorpresa
inicial, los alemanes lanzaron un contraataque, que resultó infructuoso y, de
hecho, significó que perdieran más terreno al ser rechazados. Para muchos
analistas, la ofensiva de Messines fue la operación local más exitosa de toda
la guerra en el Frente Occidental.
Abajo, el cráter de Spanbroekmolen, donde fue detonada la mina más
grande, convertida ahora en memorial de los caídos en la batalla. Fue preparada
por la 171ª Compañía de Túneles, de los Reales Ingenieros, desde enero de 1917.
La carga fue dispuesta a 26 metros de profundidad, luego de construir una
galería subterránea de 521 metros. A nivel del suelo, el diámetro del cráter es
de 76 metros. El paso del tiempo la convirtió en una laguna natural, conocida
como “Estanque de la Paz”.
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