domingo, 21 de mayo de 2017

Hace 75 años - 21 de mayo de 1942 - Segunda Guerra Mundial - Victoria japonesa en Birmania

Hace 75 años
21 de mayo de 1942
Segunda Guerra Mundial

Victoria japonesa en Birmania

El 16 de mayo entra en operaciones el 112º Escuadrón de la Real Fuerza Aérea Australiana. Sería la primera unidad de “Kittybombers”, es decir, cazas “P-40 Kittyhawk” modificados para cargar una bomba de 300 kilos y poder realizar apoyo aéreo estrecho en el Desierto Occidental. Gradualmente los Aliados van equilibrando el dominio de los aires, gracias al inmenso aporte de la industria norteamericana y a la recuperación de una Gran Bretaña que ya no está limitada a luchar sólo por la sobrevivencia. Sin embargo, los aviadores aliados todavía tienen grandes desafíos por delante. El 16 de mayo, el “as” de la “Luftwaffe”, Hasn Joachim Marseille alcanza su derribo número 60. Marseille es fuera de serie, pero es ejemplo de lo peligrosos que pueden llegar a ser los pilotos alemanes, incluso en condiciones de inferioridad.

La Batalla del Estrecho de Kerch sigue mal para los soviéticos. El 16 de mayo, los alemanes capturan la ciudad del mismo nombre. La retirada del Ejército Rojo se transforma en una evacuación, que intenta salvar tantas tropas y material de guerra como sea posible, de otra gran rendición masiva. Un poco más al norte, en Jarkov, Ucrania, la ofensiva del 28º Ejército Soviético es definitivamente detenida por los alemanes. Sólo el 18 de mayo, los rusos, mal mandados y poco motivados, pierden 130 tanques, muchos de los cuales son abandonados por sus tripulantes tras breve lucha. El 19, Iosif Stalin da permiso de retirada a Semión Timoshenko, cuyas fuerzas están amenazadas de quedar encerradas en un movimiento de tenazas de las divisiones “panzer”.

Japón sigue avanzando en Birmania. El 15 de mayo de 1942, columnas británicas en retirada ya han sido empujadas hasta la frontera noreste de la India. Para el 18 de mayo, la mayor parte de las tropas británicas en retirada han debido retirarse tras la frontera del “Raj”. El 20 de mayo, las últimas tropas indias y británicas han abandonado Birmania, que puede considerarse conquistada por los japoneses, ayudados por sus aliados tailandeses y el pequeño ejército local que ayudó a los nipones, como una oportunidad de obtener la independencia del Imperio Británico.

Birmania fue anexada por los británicos durante el siglo XIX. Fue gobernada como parte de la India hasta 1935, cuando se convirtió en una dependencia aparte. Los planes de defensa del territorio no habían considerado la posibilidad de estar en guerra al mismo tiempo con Alemania y con Japón, de modo que, al producirse el ataque japonés de diciembre de 1941, el general Thomas Hutton, comandante del Ejército de Birmania, sólo contaba con dos divisiones para defender la colonia, aunque iba a recibir ayuda de los chinos nacionalistas, que estaban en guerra con los japoneses desde 1937. El Ejército Británico de la India había sido expandido hasta doce veces desde el estallido de la guerra, sin embargo, el rápido crecimiento significó que muchas unidades estaban pobremente equipadas y entrenadas, especialmente tratándose de un teatro de operaciones tan difícil como la jungla del sudeste asiático.

Cuando los líderes japoneses decidieron lanzar su guerra en diciembre de 1941, su objetivo principal era conseguir materias primas, especialmente petróleo de las colonias europeas, especialmente las posesiones holandesas, escasamente defendidas, debido a las exigencias de la guerra en Europa. Birmania poseía también una cuota importante de recursos, incluyendo cierta cantidad de yacimientos petrolíferos, minas de cobalto y campos fértiles para el cultivo de arroz. Desde el punto de vista estratégico, una Birmania ocupada permitía a los japoneses proteger su flanco al atacar Malasia y Singapur, al tiempo que proveía de una zona de “colchón” protector de los territorios conquistados. Los japoneses también deseaban cortar el llamado “Camino de Birmania”, que unía Lashio, una localidad al final del ferrocarril proveniente desde el puerto birmano de Rangún, con la provincia china de Yunán, y que había servido para llevar abundantes suministros a las tropas chinas.

Para fines de abril de 1942, las unidades chinas y de la “Commonwealth” estaban en total retirada, bajo terribles circunstancias. Miles de refugiados hambrientos, heridos y enfermos llenaban los primitivos caminos que atravesaban Birmania hacia la India. Unos 500.000 refugiados consiguieron llegar a India y se estima que hasta 50.000 pudieron haber muerto en el camino. En los meses siguientes, las paupérrimas condiciones en que terminaron viviendo luego de la huida causaron la propagación de enfermedades como malaria, disentería, viruela y cólera. El cuartel general del Cuerpo de Birmania llegó hasta Imphal, en la India, justo antes del inicio del monzón, en mayo. Fue desbandado y reemplazado por el 4º Cuerpo Británico, que había arribado recientemente para hacerse cargo de la India, cuyas fronteras estaban ahora amenazadas por los japoneses.

Las tropas derrotadas se encontraron viviendo a la intemperie, expuestas a las lluvias monzónicas, en condiciones muy insalubres. Para empeorar las cosas, aunque las unidades de primera línea mantenían algún indicio de orden, muchas fuerzas improvisadas y de retaguardia se habían disuelto en una chusma desordenada. Mientras tanto, el gobierno británico de Birmania se retiró hacia Myitkyina, en el norte del país, acompañado por grupos de civiles indios y británicos. El gobernador y otros personajes influyentes fueron evacuados por vía aérea, con algunos heridos y enfermos. Sin embargo, la mayoría de los refugiados tuvieron que huir a través de rutas difíciles. Muchos murieron en el trayecto. Al llegar a India, las autoridades se apresuraron a facilitar el paso de los europeos, dejando a muchos indios retrasados en la frontera, efectivamente condenándolos a la enfermedad y a la muerte. En contraste con la ineptitud del gobierno imperial, muchos individuos y asociaciones privadas hicieron su mejor esfuerzo para ayudar a los refugiados.

Los japoneses también consiguieron aislar a muchas tropas chinas de sus bases en su país. Muchas unidades chinas usaron la misma ruta de los civiles para retirarse y subsistieron gracias al saqueo, aumentando la miseria de los refugiados. Algunas unidades se abrieron camino peleando y llegaron hasta la India intactas en su orden de batalla, aunque sufriendo fuertes bajas. Los 23.000 soldados chinos llegados hasta India fueron puestos bajo el mando del general estadounidense Joseph Stilwell, que había hecho el trayecto a pie desde China. Estas fuerzas fueron reequipadas y entrenadas por instructores estadounidenses. Muchas otras tropas chinas trataron de llegar hasta Yunán, cruzando bosques de montaña. Miles murieron a manos de los japoneses o por los peligros de la ruta.

Abajo, tropas japonesas admiran el Buda de Shwethalyaung, una imagen reclinada, construida en el primer milenio después de Cristo en Bago, Birmania. Una fotografía de estas características tenía, para los japoneses, el mismo valor moral y propagandístico que tuvo para los alemanes izar la esvástica en la Torre Eiffel o en el Partenón.




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