Hace 100 años
9 de abril de 1917
Primera Guerra Mundial
Estados Unidos entra en la guerra
El 6 de abril de 1917, el gobierno de Estados Unidos declara formalmente la guerra al Segundo Imperio Alemán. Durante los primeros años de guerra, la mayor parte de los ciudadanos estadounidenses eran partidarios de mantener la neutralidad, a pesar de que la opinión pública siempre se sintió más alejada de Alemania que de ningún otro contendiente en conflicto, incluso antes que éste estallara. La imagen de villano del “Reich” se acentuó con episodios la violación de la neutralidad belga y el hundimiento del “Lusitania”, pero incluso la muerte de ciudadanos estadounidenses, aunque aumentaba la aversión hacia los alemanes y sus aliados, no causó tanta indignación como para crear una mayoría que apoyara el ingreso en una guerra al otro lado del mundo, donde posiblemente miles de jóvenes estadounidenses perderían la vida o quedarían dañados de por vida.
Las cosas se precipitaron en 1917, con el reinicio de la guerra submarina sin restricciones de la “Kaiserliche Marine”. De hecho, muchos líderes militares y diplomáticos alemanes se opusieron a esta estrategia, temiendo que el ingreso de Estados Unidos en la guerra, como aliado de la Entente, acabaría desequilibrando la balanza estratégica irremediablemente en contra de Berlín, en un momento en que ya los Imperios Centrales tenían dificultadas para reemplazar las bajas, entregar suministros a sus ejércitos y alimentar a su población civil. Para aquellos que respaldaron la guerra submarina sin restricciones, resultaba previsible que Washington declarara la guerra, pero lo asumían como un riesgo calculado, pensando que el bloqueo a Gran Bretaña rendiría a los británicos por hambre, antes de que los estadounidenses pudieran actuar de manera decisiva en los campos de batalla de Europa.
A comienzos de 1917, el “telegrama Zimmermann” enturbió aún más las relaciones germano-estadounidenses. Se trataba de una comunicación encriptada, enviada desde Berlín a su embajada en Méxito, para ofrecer a este último país suculentas compensaciones territoriales a costa de Estados Unidos, si se aliaba con Alemania. En el telegrama también se pedía la mediación mexicana entre Alemania y Japón, para atraerlo hacia la órbita de Berlín, a cambio de que los japoneses reemplazaran a los europeos y norteamericanos como poder dominante en el Pacífico. Enviado en enero de 1917, el telegrama se hizo público el 3 de marzo.
En las semanas siguientes a la publicación del telegrama, cinco barcos estadounidenses fueron hundidos por submarinos alemanes. Al comenzar abril, la mayor parte de la opinión pública estaba indignada por las acciones de Alemania y apoyaba la intervención militar directa. El día 2 de ese mes, el Presidente Woodrow Wilson convocó una sesión especial del Congreso, para declarar la guerra a Alemania. Tras su aprobación en ambas cámaras, la guerra fue declarada al Imperio Alemán el 6 de abril.
El discurso del gobierno norteamericano fue idealista y apuntaba a que la intervención en la guerra europea obedecía a la aspiración de “hacer el mundo más seguro para la democracia” y responder en su justa medida las agresiones alemanas. Sin embargo, cálculos más egoístas también deben haber primado. Una Europa dominada por una Alemania militarista y agresiva podría ser un peligro para Estados Unidos, especialmente si los alemanes dominaban las comunicaciones marítimas al eliminar la competencia británica. E incluso una victoria de la Entente, sin el concurso de Estados Unidos, podría dar como resultado una paz donde los intereses comerciales de Washington no fueran bien servidos.
Abajo, una copia digitalizada del “New York Times” del 3 de abril de 1917, que da cuenta de la sesión especial del Congreso, convocada por Wilson el día anterior.
Imagen tomada de http://c8.alamy.com/comp/E5GG98/1917-new-york-times-front-page-reporting-us-president-wilson-calls-E5GG98.jpg
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