miércoles, 1 de julio de 2015

Hace 75 años. 30 de abril de 1940. Segunda Guerra Mundial

Hace 75 años
30 de abril de 1940

Segunda Guerra Mundial

Los Aliados se preparan para evacuar los principales puertos noruegos. Los Aliados dominan el mar y, en teoría, pueden hacer llegar hasta Noruega cuantos refuerzos necesiten. Sin embargo, los alemanes han mantenido la iniciativa, a pesar de sufrir irreparables pérdidas navales y, al terminar abril de 1940, controlan las principales ciudades noruegas, ocupan todo el sur del país y han obligado a los franco-británicos a retirarse hacia el norte, donde intentarán recapturar el importantísimo puerto de Narvik, como punto de apoyo para tratar de cambiar el destino de una campaña donde la situación de las tropas aliadas está pasando desde mala a grave. Con todo, la guerra está en la víspera de otra gran campaña: la ofensiva alemana sobre Francia y los Países Bajos, que será lanzada el 10 de mayo y significará poner a la Tercera República Francesa fuera de combate en sólo seis semanas.

Los espectaculares éxitos alemanes de 1940 eran impensables, incluso para los propios alemanes. En el papel, la alianza de Gran Bretaña y Francia parecía imposible de superar por una Alemania que no tenía aliados directos todavía y que, a pesar de haberse rearmado notoriamente, no había terminado su preparación para la guerra cuando ésta estalló en septiembre de 1939. Por un lado, el Reino Unido y Francia tenían, respectivamente, la marina y el ejército más poderosos del mundo en la época, eran países que contaban con grandes recursos económicos, tenían grandes poblaciones y eran los centros de los dos mayores imperios coloniales. Cuando Alemania atacó además a Bélgica y Holanda, agregó como enemigos a dos países pequeños en el mapa europeo que, no obstante, eran también el centro de grandes imperios coloniales. Los Aliados tenían más aviones, más tanques, más buques de guerra, más cañones, controlaban casi todo el petróleo del mundo, controlaban también la producción de casi todas las materias primas críticas y podían contar con el respaldo norteamericano, al menos económico, en ese momento.

La Alemania de 1940, en cambio, en muchos aspectos era un rival más débil que el Imperio Alemán del Káiser que, en 1914-1918, intentó infructuosamente romper la resistencia aliada del Frente Occidental durante cuatro largos años. La marina alemana de 1940, la “Kriegsmarine”, no suponía una amenaza real para la poderosísima “Royal Navy” británica, a diferencia de la mucho más fuerte “Kaiserliche Marine” de 1914. El Ejército Alemán de 1914 llevaba décadas preparándose y es posible que, para entonces, fuese el mejor equipado de su tiempo; el mismo ejército, en 1940, había tenido mucho menos tiempo para rearmarse y, aunque estaba aceptablemente bien equipado, había aspectos en que las carencias materiales eran muy grandes, como la artillería y los tanques, que debieron ser subsanadas con mucho ingenio por los comandantes alemanes. Eso sí, debe mencionarse que las tropas alemanas de 1940 estaban muy motivadas y dirigidas por algunos de los generales más brillantes de su tiempo. El único ámbito en que Alemania ostentaba cierta superioridad material y tecnológica era en la aviación, especialmente en la aviación de caza, donde el Messerschmitt Bf-109 no tenía rival, si era conducido por un piloto capaz. Pero esa superioridad duraría poco y ya sería muy relativa antes de terminar 1940.

La aplastante, rápida y humillante serie de derrotas que Alemania propinó a Gran Bretaña, Francia y sus aliados en la primavera-verano de 1940, a menudo se ha querido explicar mostrando a Alemania como una máquina de guerra armada hasta los dientes, materialmente invencible, que pasó por arriba de los Aliados, inferiores en número y equipamiento. Lo cierto es, sin embargo, que los Aliados disponían de muchos mejores recursos que los alemanes y fueron derrotados por una mezcla de imprevisión, mala coordinación e ineficiente liderazgo político y militar. Desde luego, la determinación de los soldados alemanes y la genialidad de algunos de sus comandantes fue clave en saber aprovechar las indecisiones de los que entonces eran sus enemigos.

En la imagen, un “Char B1 bis” fotografiado en su montaje actual en un museo. Este “Chair de Bataille” –“Carro de Batalla”— francés era prácticamente impenetrable para la mayoría de los cañones antitanque alemanes, salvo en puntos y ángulos muy específicos. Era muy robusto y bien armado, pero tenía poca autonomía y era lento, además de propender a la falla mecánica con facilidad. Los franceses, que esperaban repetir el escenario de la guerra anterior, lo concibieron como un arma para la guerra de trincheras, completamente inapropiado para la guerra de rápidos movimientos que los alemanes estaba desencadenando en Noruega y estaban a punto de lanzar sobre los mismísimos campos de Francia.

Imagen tomada de http://www.panzer-modell.de/referenz/in_detail/char%20b1%20bis/013g.jpg

 

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