24 de mayo de 1940
Segunda Guerra Mundial
La ofensiva alemana, en los últimos 7 días, casi ha alcanzado el Canal de la Mancha. Si los “Panzer” del general Heinz Guderian llegan al mar, se habrá cerrado la trampa para las fuerzas británicas y francesas que luchan en Bélgica.
El rápido avance de las divisiones blindadas alemanes se ha hecho muy rápidamente y, en ocasiones, algunos comandantes especialmente atrevidos, como el mismo Guderian o Erwin Rommel, han seguido atacando en abierta contravención a las órdenes del alto mando que, en sus cuarteles generales, veía cómo se extendía la cuña alemana entre Francia y Bélgica, haciéndose más vulnerable a un ataque en sus flancos.
El 18 de mayo, el general Gamelin es destituido. En su reemplazo, es nombrado el general Maxime Weygand, héroe de la guerra anterior, de 74 años de edad. Tras desperdiciar un tiempo precioso en reuniones con autoridades políticas, Weygand hace lo único que tenía sentido: intentar atacar la saliente alemana con todo lo que quedara a mano para pelear. En consecuencia, fue planificada una masiva ofensiva simultánea desde el sur y desde el norte. Sin embargo, sólo terminó concretándose el ataque de unos cuantos batallones de infantería británicos, apoyados por algunas unidades blindadas francesas.
Los lentos pero potentes tanques “Matilda” británicos, acompañados de los ligeros “Hotchkiss H-35” franceses, penetraron peligrosamente el dispositivo defensivo de la 7ª División Panzer, comandada por un entonces desconocido Mayor General Erwin Rommel. En la llamada “Batalla de Arras”, las ametralladoras de los Panzer I, los cañones de 20 mm de los Panzer II y los cañones de 37 mm tractados o montados en los Panzer III se mostraron completamente inútiles contra el blindaje de los Matildas y no siempre eran capaces de detener a modelos más ligeros, como el Hotchkiss. Rommel, con mucha sangre fría, sólo pudo evitar un desastre formando una línea defensiva con cañones de campaña de 105 mm y cañones antiaéreos de 88 mm. Sobre todo, estos últimos causaron estragos entre los tanques aliados, que fueron detenidos y luego obligados a retroceder por los alemanes, apoyados por sus “Stukas”.
Pocos días después, un ataque lanzado desde el sur, encontró el mismo decepcionante resultado. Para el día 24, los Panzer habían retomado su avance y amenazaban Boulougne-sur-Mer y Amiens, muy cerca del Canal. Ese mismo día 24, los aliados tomaron la decisión final de retirar todas sus fuerzas que quedaban en Noruega. Al día siguiente, los Aliados empezaron a retirarse hacia Dunquerke, convencidos de que la batalla estaba perdida.
El intento en Arras fue la única acción ofensiva de la BEF (Fuerza Expedicionaria Británica) durante la Batalla de Francia. Se saldó con una derrota y apenas detuvo algunas horas a la “división fantasma” de Rommel. Sin embargo, los alemanes pensaban que habían sido atacados por varias divisiones de infantería y cientos de tanques. Las tan temidas “reservas ocultas” de franceses y británicos finalmente se hacían presentes (desde luego, en realidad, esas reservas no existían). En consecuencia, Hitler y sus generales, algo nerviosos, ordenaron detener la ofensiva hacia el Canal de la Mancha y consolidar el corredor alemán, otorgando a los Aliados un tiempo precioso para atrincherarse y permitir la retirada de la BEF hacia el mar.
En la imagen, un tanque Matilda II que, en pequeño número, combatió en Francia en 1940, como parte de las fuerzas blindadas británicas. Aunque era muy lento, al igual que el francés “Char B1”, su blindaje era casi impenetrable para las armas alemanas. En general, en igualdad de condiciones, los tanques alemanes no tenían forma de derrotar a los Matilda, sino era usando todo el ingenio de sus tripulaciones y al apoyo de la Luftwaffe. Ciertamente, si los Aliados hubieran usado más sabiamente sus incontables recursos, el resultado de la Batalla de Francia pudo ser otro.
Imagen tomada de http://www.google.com/
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