miércoles, 1 de julio de 2015

Hace 75 años 17 de abril de 1940 Segunda Guerra Mundial


Hace 75 años
17 de abril de 1940

Segunda Guerra Mundial

La campaña de Noruega llega a un punto álgido. Es la primera vez que tropas alemanas, por un lado, y franco-británicas, por otro, se enfrentan seriamente por tierra en esta guerra.

Los alemanes han conseguido total sorpresa en su asalto y controlan las principales ciudades y puertos noruegos, además de Dinamarca, crucial para mantener el dominio del aire por parte de la poderosa "Luftwaffe". El Rey Haakon VII y su gobierno evacúan hacia el norte de Noruega, adonde empiezan a llegar refuerzos venidos desde Francia y el Reino Unido. Los alemanes, hasta ahora, han conseguido sus objetivos iniciales, pero a un costo altísimo en cuanto al poder naval. La mayor parte de sus mejores y mayores buques son destruidos o dañados. Y la "Kriegsmarine" seguirá sufriendo mucho hasta el final de la campaña noruega. La marina alemana, sin duda poderosa, no tiene buques en cantidad y poderío suficiente para desafiar el dominio británico de los mares.

En el papel, la Marina de Guerra Alemana de 1940, la "Kriegsmarine", es la quinta más poderosa del mundo. Hasta inicios del decenio de 1930, el poder naval alemán estaba fuertemente restringido por el Tratado de Versalles, que había puesto fin a la Primera Guerra Mundial, imponiendo draconianas condiciones a los vencidos de entonces, especialmente al moribundo "Reich" germano. Ya a inicios de la década, la construcción de los llamados "acorazados de bolsillo" permitió pasar por alto esas restricciones bajo la apariencia del respeto a los términos del tratado. Al llegar los nazis al poder, denunciaron el Tratado de Versalles e iniciaron un total rearme alemán, que incluyó un ambicioso plan de reconstrucción de la marina. A la larga, el plan completo implicaba igualar la presencia de acorazados y portaaviones británicos en el Mar del Norte, llegando a un nivel de poder naval similar al que Alemania tenía antes de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, crear una marina así de poderosa suponía que la guerra con Gran Bretaña no debía empezar antes de... 1948.

Al estallar la guerra en 1939, de todos modos, la Marina Alemana era una potente fuerza naval con dos grandes acorazados (a veces clasificados como cruceros de batalla): el Scharnhorst y el Gneisenau; una serie de cruceros pesados y ligeros, que incluían a los "acorazados de bolsillo", una flota de modernos destructores, numerosas naves menores y una aún pequeña, pero creciente flota de submarinos, que terminaría desempeñando un papel estelar en el intento alemán de disputar a los Aliados el control del Atlántico.

Los esfuerzos alemanes, aunque impresionantes en resultados, estaban lejos de bastar para igualar a la aún invencible "Royal Navy", por entonces, la marina más potente del mundo, capaz de alinear 15 acorazados, 7 portaaviones y docenas de cruceros, destructores, submarinos y embarcaciones menores, sin incluir las muchas unidades en construcción, como los modernos acorazados de la Clase "Rey Jorge V", que surcarían las aguas durante la guerra.

Aunque los planes alemanes de construcción naval nunca estuvieron ni cerca de ser completados, sigue siendo sorprendente lo rápido que la esquelética y anticuada marina impuesta por el Tratado de Versalles se convirtió en un enemigo de cuidado para la Royal Navy que tuvo que pagar un alto precio en material y sangre para mantener el dominio de las aguas europeas.

En la imagen, el "acorazado de bolsillo" "Admiral Graf Spee". Junto con el "Deutschland" (rebautizado luego como "Lutzow"), esta nave fue un gran logro de los ingenieros alemanes que, a fin de respetar las limitaciones de desplazamiento del Tratado de Versalles, diseñaron un buque con un armamento muy poderoso como para un crucero y con relativamente poca protección en términos de blindaje, lo que permitía ser más rápido que cualquier nave de guerra capaz de superarlos en armamento y con mayor poder de fuego que cualquier otro crucero en existencia a inicios de los años '30. En resumen, un auténtico peligro para las comunicaciones marítimas de cualquier adversario.

La fotografía fue tomada en la visita de buena voluntad de la nave al Reino Unido, cuando representó a Alemania en la revista naval que celebró la coronación de Jorge VI en 1937. Dos años después, en 1939, sería el primer buque capital perdido por los alemanes en la Batalla del Río de la Plata.

Imagen tomada de http://i.imgur.com/7ocnIPL.jpg
 
 
 

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