domingo, 24 de septiembre de 2017

Hace 100 años - 24 de septiembre de 1917 - Primera Guerra Mundial - “Menin Road Ridge”

Hace 100 años
24 de septiembre de 1917
Primera Guerra Mundial

“Menin Road Ridge”

Entre el 20 y el 25 de Septiembre de 1917, se libra la Batalla del Camino de Menin, en el marco más amplio de la Tercera Batalla de Ypres, que marcó el ritmo de la segunda mitad de 1917 en el Frente Occidental y que, conocida también como Batalla de Passchendaele, se había estado desarrollando desde el 31 de julio, con momentos de gran intensidad, alternados con períodos de relativa calma. Hasta septiembre, el mando de las tropas británicas había estado a cargo del general Hubert Gough, de desempeño mediocre. Gough, a pesar de montar dos grandes operaciones ofensivas, no consiguió romper las defensas en profundidad, que los alemanes habían conseguido perfeccionar mucho. Las tropas alemanas defendían sus primeras líneas sólo ligeramente y eventualmente las abandonaban, si la presión de los atacantes era demasiada. Detrás de la primera línea, puntos fortificados alemanes se encargaban de demorar avances profundos de las tropas atacantes. Cuando los británicos y franceses ya estaban lo bastante desorganizados, intentado tomar la segunda línea, mejor defendida que la primera, los alemanes lanzaban contraataques con tropas especialmente entrenadas (las divisiones “eingreif”, “de intervención”), que eran mantenidas en retaguardia, lejos de las bombas de artillería enemiga, hasta que su presencia era requerida.

Durante 1917, fue común que muchas ofensivas británicas y francesas conquistaran la primera línea de trincheras alemanas, pero fallaran en su intento de tomar la segunda y fueran finalmente expulsados del terreno ganado, por los contraataques alemanes, que devolvían todo al estado en que estaba antes de las batallas. El general Herbert Plumer, que reemplazó a Gough en septiembre, propuso una nueva táctica, llamada “morder y retener” (“bit and hold”). Plumer planeaba concentrar masivo fuego de artillería en una fracción pequeña del frente alemán y luego atacarla con suficiente infantería para capturarla. Las tropas recibirían la orden de detenerse, una vez que avanzaran unos 1.000 o 1.500 dentro del dispositivo alemán. En este punto, habrían barrido la primera línea alemana y tal vez algunos búnkeres tras la primera trinchera. A diferencia de lo ocurrido antes, las tropas atacantes ahora se fortificarían, en vez de intentar seguir avanzando hacia la segunda línea, de modo que, cuando las tropas “eingreif” contraatacaran, en vez de encontrar una masa desorganizada de tropas exhaustas, al límite de sus posibilidades de avance, serían recibidas por una bien organizada línea defensiva.

Plumer recibió autorización para ensayar su táctica y tres semanas para preparar el ataque, que se inició a las 5.40 de la madrugada del 20 de septiembre, con “andanadas de arrastre” (“creeping barrage”) de la artillería, cuyo propósito era proteger el avance de la infantería con fuego artillero estrecho y no dar tiempo a los defensores de volver a sus trincheras, en caso de que las hayan dejado, para evitar el fuego artillero. Detrás de la cortina de artillería, Plumer envió dos divisiones australianas y dos divisiones británicas.

La táctica fue un rotundo éxito. Casi todos los objetivos de Plumer fueron capturados en el primer día. Los contraataques alemanes del segundo y tercer día de la batalla fueron rechazados. Siguieron dos días de relativa calma, que los británicos aprovecharon para relevar a las divisiones que había sufrido mayores bajas. El 25 de septiembre, un nuevo contraataque alemán fue rechazado, causando graves bajas a los germanos, que lamentaron más de 25.000 muertos, heridos, desaparecidos y prisioneros. Las unidades de la “Commonwealth”, en tanto, sufrieron menos bajas, a pesar de ser la parte atacante, lamentando poco más de 20.000 pérdidas. Era una victoria rotunda, como pocas, para los generales del Imperio Británico.

La táctica de Plumer causó gran preocupación entre los generales alemanes. Su elaborado sistema defensivo, que tanto tiempo les había costado levantar, había sido usado en su contra por el enemigo. Con la debida preparación, los británicos probaron que podían arrebatar una parte de sus defensas a los alemanes, sin ser desalojados a las pocas horas o días. Plumer repitió su éxito nuevamente, a fines de septiembre y a comienzos de octubre, hasta que las lluvias más intensas del otoño boreal obligaron a disminuir las operaciones ofensivas.

Abajo, un puesto de atención de heridos británicos, improvisado en el campo de batalla de Menin Road.




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