Hace 100 años
30 de octubre de 1916
Primera Guerra Mundial
Verdún: Francia al contraataque
El 25 de octubre de 1916, tropas búlgaras capturan Cernavoda, en la Dobruja rumana. El Ejército Rumano, aislado de sus poderosos aliados, que no son capaces de prestarle la asistencia prometida al momento de entrar la guerra, es exprimido desde tres frentes por búlgaros, alemanes, turcos y austrohúngaros. Es sólo cuestión de tiempo para que Rumania sea sacada de la guerra. Lo que parecía una resonante victoria diplomática de la Entente, cuando Rumania declaró la guerra a los Imperios Centrales, se ha ido convirtiendo en un nuevo fiasco en los Balcanes para Francia y Gran Bretaña.
En la noche del 26 al 27 de octubre, se produce la Batalla del Estrecho de Dover. Los alemanes, a comienzos del mes, habían aumentado su presencia en la zona del Canal de la Mancha, con el refuerzo de dos flotillas completas de lanchas torpederas. Hasta ese momento, la Flotilla de Flandes había estado equipada con tres lanchas torpederas mayores y algunas lanchas torpederas pequeñas “Clase A”. Tras el refuerzo, los alemanes podían alinear 23 lanchas torpederas mayores, capaces de desafiar en combate a la Patrulla de Dover británica. Como no habían tenido recursos suficientes, hacía tiempo que los alemanes no se aventuraban en el Canal, de modo que la vigilancia británica se había relajado.
Con tan considerables fuerzas a su disposición, el almirante Ludwig von Schroeder decidió lanzar una incursión contra la llamada “Barrera de Dover”, que fue la denominación dada a una serie de obstáculos levantados por los británicos en el Canal y cuyo propósito era evitar el ingreso en éste de navíos alemanes, especialmente submarinos. Al momento del ataque alemán, la barrera estaba custodiada por el antiguo destructor “HMS Flirt”, el yate armado “Ombra” y el arrastrero armado “H.E. Straud”. Los 28 remolcadores encargados de manipular las redes antisubmarinas de la Barrera tenían un fusil cada uno por toda defensa. Adicionalmente, en el puerto de Dover, seis destructores de la clase Tribal estaban disponibles para ser llamados en caso de necesidad.
El ataque tomó a los británicos tan por sorpresa, que más de una vez, durante el enfrentamiento, los defensores tomaron a los buques alemanes por unidades propias y se dieron cuenta de su error, recién cuando recibieron nutrido fuego de torpedos y artillería de calibre pequeño y mediano. Cuando los alemanes decidieron regresar a sus bases, habían sufrido apenas algún daño en una de sus lanchas torpederas, a cambio de hundir un destructor, 6 remolcadores y un transporte de tropas, además de dañar 3 destructores, un arrastrero armado y 3 remolcadores.
El 28 de octubre, Ernest von Koerber es nombrado Ministro-Presidente de Cisleitania, es decir, jefe del gobierno de la mitad austriaca del Imperio Austrohúngaro. Fue designado en reemplazo del asesinado Conde Karl von Stürgkh. Sería el último jefe de gobierno de Francisco José I. El anciano Emperador de Austria y Rey de Hungría estaba a punto de entrar en el último mes de su reinado. Con casi 68 años en el poder, sólo Luis XIV de Francia, en el siglo XVII, fue rey durante más tiempo que él en alguna monarquía europea y ninguno otro europeo ejerció el cargo de emperador por más tiempo. Su deceso, que ocurriría a fines de noviembre, sería sintomático del fin de una época y un estilo de vida, despedazado por la peor guerra que había conocido el género humano.
El 29, Huseyn Bin Alí, Jerife de la Meca, es proclamado “Rey de los Árabes”. Para conseguir su apoyo contra los turcos, el Jerife había recibido de la Entente la promesa de un estado panárabe a ser establecido en los dominios otomanos, una vez que la guerra terminare con la victoria franco-británica. En su momento, es posible que la proclamación de Huseyn como rey haya tenido el propósito de convocar más tribus árabes a la revuelta lanzada contra el Sultán de Turquía. Pocos días antes, el 16 de octubre, había llegado hasta Yida, donde se concentraban las tropas del jerife, el teniente Thomas Edward Lawrence. Entusiasmado con la causa nacional árabe y antes de haber cumplido los 30 años, a fines de noviembre, consiguió ser nombrado oficial de enlace británico con las fuerzas de la revuelta, dirigidas militarmente por Faisal, hijo del Jerife. Al terminar la contienda, sería conocido en todo el mundo como “Lawrence de Arabia” y fascinaría al público con “Los Siete Pilares de la Sabiduría”, el vibrante recuento autobiográfico de sus peripecias en el Medio Oriente.
En el Frente Occidental, la acción se concentra en Verdún por estos días, donde los franceses lanzan lo que su historiografía denomina “1ère Bataille Offensive de Verdun”, “Primera Batalla Ofensiva de Verdún”. Los alemanes están golpeados y han tenido que extremar recursos para sostenerse en las grandes batallas de Verdún y el Somme al mismo tiempo. Además, el “Deutsches Heer” está también empeñado en Rumania, en Salónica, en el Frente Ruso y pronto lo estará en el Frente Alpino. El final de 1916 será complicado para Berlín. Los franceses, en cambio, que tenían concentradas las mayoría de sus fuerzas en las trincheras del oeste de Europa, habían podido reemplazar siete de las veintidós divisiones del área de Verdún y habían procedido a una completa reorganización de la infantería, para adaptar sus pelotones a las necesidades de una batalla de asalto contra las posiciones alemanes, especialmente los simbólicos fuertes de Vaux y Douaumont, que habían caído en manos alemanas al comienzo de la batalla, en febrero de 1916. Durante el bombardeo preliminar, los franceses dispararon en seis días más de 855.000 proyectiles de artillería sobre los alemanes, incluyendo las piezas súper pesadas “Saint-Chamond”, de 400 milímetros y de casi una tonelada de peso. No menos de 20 de estas enormes bombas alcanzaron el interior del Fuerte Douaumont y una de ellas penetró hasta el subsuelo, donde empezó un incendio junto a un depósito de granadas de mano. El efecto fue devastador.
El 21 de octubre, por fin los franceses se lanzaron al asalto, usando una nueva táctica, que consistía en ir lanzando andanadas artilleras, que se movían luego de unos pocos minutos de golpear el mismo sector, seguidas de cerca por la infantería. De este modo, los defensores no podían abandonar a tiempo sus refugios contra la artillería y eran asaltados por los atacantes mientras seguían confundidos por el fuego de los cañones. El 24 de octubre, el Fuerte Douaumont fue recapturado por los “poilus”. Para el 25, la ofensiva francesa había tomado 6.000 prisioneros y dislocado seriamente las líneas alemanas, aunque un primer intento de tomar el Fuerte Vaux fue rechazado por los alemanes, que se mantendrían en el fuerte hasta los primeros días de noviembre.
En la fotografía, se aprecia el estado en que quedó el Fuerte Douaumont tras sufrir las atenciones de la poderosa y precisa artillería de “L’Armée de Terre”. Los innumerables cráteres dan al paisaje un aspecto inquietantemente lunar.