7 de junio de 1940
Segunda Guerra Mundial
En una de las mayores victorias navales de la guerra para Alemania, los acorazados “Scharnhorst” y “Gneisenau” sorprenden sin escolta apropiada y hunden al portaaviones británico “HMS Glorious”. Como resultado, las tropas aliadas luchando en Noruega quedan sin cobertura áerea. La lucha en el lejano norte de Europa se estaba cerrando con un resonante éxito para Alemania. Sin embargo, para la Marina Alemana, la Campaña de Noruega fue una victoria pírrica, que se llevó lo mejor de la flota de superficie germana. Cuando, meses después, se planteara la posibilidad de invadir las Islas Británicas, los grandes buques alemanes perdidos frente a Noruega se echarían mucho de menos.
El 3 de junio, finaliza la Operación Dínamo, que consiguió evacuar más de 220.000 soldados británicos y más de 120.000 soldados franceses y belgas. Desde el 26 de mayo, la “Royal Navy” rescató desde las aguas del Canal de la Mancha, frente al puerto de Dunquerque, a las tropas que intentaban huir de la enorme trampa creada por el Ejército Alemán entre el sur de Holanda y el norte de Francia. En su momento, la evacuación fue llamada “el milagro de Dunquerque”. En efecto, contra todo pronóstico, gran parte de las mejores tropas aliadas fueron llevadas a salvo hasta Gran Bretaña, donde podían prepararse para luchar otro día contra el avance del nazismo. Fue el caso, al menos, de los británicos, porque muchos de los franceses evacuados volvieron a su patria casi de inmediato, sólo para caer prisioneros de los alemanes cuando, dos semanas después, Francia pidiera un armisticio.
Las tropas británicas fueron rescatadas por naves de la marina, que sufrieron estoicamente el inclemente bombardeo de la “Luftwaffe”. La “Royal Air Force” hizo lo posible por proteger la operación, pero el avance alemán les había hecho perder todas sus bases en el continente, de modo que los “Hawker Hurricane” debían cruzar el Canal para entrar en combate con apenas unos minutos de combustible para enfrentar a los letales pilotos de los Messerschmitt, encargados de escoltar a los enjambres de “Stukas”, Heinkel, Dornier, Henschel y Ju-88’s destinados a bombardear a los maltrechos soldados aliados que intentaban escapar. Además del heroico papel de los aviadores aliados, hay que destacar la abnegación de miles de tripulantes y dueños de pequeñas embarcaciones mercantes y pesqueras británicas, simples civiles que, en sus pequeñas naves, bajo el incesante fuego enemigo, se hicieron presentes para rescatar a las tropas desde las playas.
La Operación Dínamo fue un éxito en el sentido de que el núcleo de las tropas regulares del Ejército Británico pudo salvarse y fueron esas tropas las que mantuvieron viva la posibilidad de resistir a los alemanes. Cuando Gran Bretaña estaba sola frente a Hitler y no parecía existir lugar para la esperanza en Europa Occidental, esos soldados británicos se hicieron presentes en África y Grecia, no siempre con éxito, pero demostrando al mundo que la “rubia Albión” no se rendiría jamás. Pero hasta el mismo Churchill no se dejaba engañar: “no seremos victoriosos con evacuaciones”, dijo en uno de sus discursos. En suma, la campaña en Francia fue uno de los peores desastres en la historia militar británica y, aunque el recurso humano del ejército fue salvado en gran parte, casi todo el material de guerra fue destruido o capturado por el enemigo. Esas pérdidas se hicieron sentir en las campañas empeñadas por los británicos en los siguientes meses.
En la imagen, una interminable hilera de soldados aliados, que parte en la playa y termina bien adentro de las aguas, esperando a ser rescatados por las embarcaciones pequeñas que los llevarían hasta los buques mayores. Al igual que los barcos, esos soldados estaban muy expuestos al ataque aéreo y artillero alemán.
Imagen tomada de http://home.bt.com/images/
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