20 de agosto de 1914
Bruselas, capital de Bélgica, es ocupada por el Ejército Alemán.
En Roma, fallece el Papa Pío X, Guiseppe Sarto. Proféticamente, el papa había advertido al embajador de la corte de Viena que la guerra no sería breve. El Pontífice sabía que sería terrible y costosa como ninguna conocida por la humanidad hasta el momento. A pesar de la especial relación de los Habsburgo con la Santa Sede, se negó a dispensar una bendición especial a sus fuerzas. Es más, manifestó abiertamente al embajador que Austria actuaba tontamente e inmoralmente al desencadenar la guerra con Serbia.
En la imagen, el fallecido Sucesor de Pedro (1903-1914).
Imagen tomada de http://w2.vatican.va/content/dam/pius-x/images/p_x.jpg
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