Hace 100 años
18 de octubre de 1915
Primera Guerra Mundial
El 13 de octubre de 1915, se producen los más devastadores ataques de dirigibles alemanes sobre Londres y la costa oriental de Inglaterra, de cuantos se han registrado hasta la fecha. El número de víctimas llega a 200 en ese día. También el 13, Gran Bretaña corta sus relaciones diplomáticas con Bulgaria, cuyas tropas, ese mismo día, se enfrentan por primera vez a las fuerzas francesas destacadas en Salónica. Al día siguiente, 14 de octubre, Serbia y Bulgaria se declaran la guerra mutuamente. Montenegro y Gran Bretaña entran en guerra, de manera formal, con Bulgaria al día siguiente.
A pesar de los esfuerzos de la Entente, Serbia no podrá ser salvada. Rumania y Grecia se rehúsan a apoyar militarmente a los serbios, a pesar de las recompensas territoriales que ofrecen británicos y franceses como recompensa.
El 17 de octubre, en el frente alpino, el “Regio Esercito” Italiano empeña batalla nuevamente en el Valle del Isonzo. Los Alpes probarían ser, una vez más, una barrera muy difícil de traspasar para un ejército.
El suceso más controvertido de estos días ocurre en la Bélgica ocupada por los alemanes, donde las tropas ocupantes fusilan a la enfermera británica Edith Cavell. Antes de estallar la guerra, la señorita Cavell estuvo a cargo de una escuela de enfermería en Bruselas. Cuando la ciudad cayó en manos de las tropas alemanas, Cavell eligió permanecer en su puesto, donde se hizo notoria su igual preocupación por atender soldados heridos, fueran éstos aliados o alemanes. En agosto de 1915, fue arrestada por orden de las autoridades alemanas, acusada de haber ayudado a prisioneros de guerra aliados y jóvenes belgas en edad militar a alcanzar territorio de Francia y Gran Bretaña, pasando por la neutral Holanda.
Durante el juicio, la enfermera admitió todos los cargos, de modo que fue sentenciada a muerte. Diplomáticos de naciones neutrales, especialmente España y Estados Unidos, intentaron que se conmutara la pena, pero todos los esfuerzos fueron en vano. En la madrugada del 12 de octubre de 1915, Edith Cavell enfrentó el pelotón de fusilamiento.
La ejecución de Edith Cavell alentó el sentimiento antialemán en Gran Bretaña, donde fue honrada como mártir e incluida en el calendario de santos de la Iglesia Anglicana. En Estados Unidos, desbalanceó un poco más la opinión pública contra Alemania, de lo que ya estaba luego del hundimiento del Lusitania y otros incidentes poco afortunados.
El derecho internacional protege al personal sanitario de las violencias ejercidas por ejércitos beligerantes, siempre y cuando ese personal sanitario, una vez bajo custodia del enemigo o en territorio ocupado, no realice acciones hostiles contra el adversario. Ayudar al escape de prisioneros y de jóvenes que partían a ser entrenados para hacer la guerra contra Alemania, debía interpretarse como una acción hostil contra la potencia ocupante, de modo que, en rigor, el derecho internacional no protegía a Edith Cavell cuando enfrentó al tribunal alemán. Sin embargo, este último justificó su sentencia en los intereses del Imperio Alemán y no en normas internacionales. Por lo demás, con independencia de los fundamentos, ejecutar a Edith Cavell fue un grueso error diplomático de Alemania e hizo un gran favor a la propaganda británica, que aprovechó la oportunidad que le ofrecía, en bandeja de plata, el Gobierno del “Reich”.
Abajo, un póster de reclutamiento dirigido a los jóvenes de la Unión Sudafricana, para que se enlisten y venguen la muerte de Edith Cavell.
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