Hace 100 años
27 de Septiembre de 1915
Primera Guerra Mundial
Entre el 21 y el 27 de septiembre, el Gobierno Búlgaro implementa la movilización de su ejército. Previamente Bulgaria y Turquía, ahora convertidos en aliados a través de Alemania, han resuelto sus disputas territoriales pendientes. La diplomacia alemana y austriaca ha obtenido un gran triunfo al sumar el concurso militar de los búlgaros. De hecho, durante los siguientes dos años, las cosas se van a dar de tal modo que, si consideráramos el Frente Oriental y el Frente Balcánico como un conflicto aislado, se ve como una guerra que, de hecho, ganaron Alemania, Austria-Hungría y Bulgaria.
Francia, Rusia y Gran Bretaña saben que la alianza de Alemania y Bulgaria es un desastre diplomático y puede convertirse en un desastre militar, sobre todo para Serbia, su aliada en la zona, por la que entraron todos en la guerra en primer lugar. Para mitigar las consecuencias del inminente ingreso de Bulgaria en la guerra, la Entente corteja a Grecia, a la que ofrece suculentas compensaciones territoriales, apoyo financiero y la presencia de tropas anglo-francesas en Salónica. Al final, el Rey Constantino y el premier, Eleuterio Venizelos, aceptarán las ofertas de los Aliados. Su ingreso en la contienda evitará el colapso total de los Aliados en el Este de Europa, cuando lleguen los días oscuros de la derrota de Rumania, Serbia, Montenegro y Rusia.
En estos últimos días de septiembre, franceses y británicos emprenden dos grandes ofensivas de otoño. Una es la llamada Segunda Ofensiva de Champaña, cuyo objetivo era empujar a los alemanes por el Mosa hacia Bélgica. Un ataque simultáneo se proponía romper el frente alemán en el Artois, en lo que se conocería como la Ofensiva de Artois-Loos. Los atacantes esperaban que el Segundo y Séptimo Ejército Alemanes, atrapados entre las dos pinzas de ambas ofensivas, tendrían que retroceder para proteger sus líneas de comunicaciones. Sin embargo, los Aliados obtuvieron apenas unos cuantos kilómetros de avance y capturaron unos 25.000 prisioneros. Los alemanes reaccionaron trayendo refuerzos desde el Frente Oriental, que arrollaron a los franceses con su contraataque. Cuando la Segunda Ofensiva de Champaña llegó a comienzos de noviembre, los franceses habían sufrido más de 145.000 bajas.
En el Artois, en tanto, los británicos hicieron uso de gases tóxicos por primera vez contra las líneas alemanas. Los británicos consiguieron penetrar las primeras líneas alemanas, pero los defensores reaccionaron rápido, reforzando sucesivas líneas de defensa. Las trincheras habían evolucionado desde simples socavones practicados en la tierra a complejos sistemas defensivos, cada vez más difíciles de penetrar. El ataque británico se atascó en las defensas interiores alemanas y hubo de convertirse en retirada, luego de sufrir fuertes bajas a comienzos de octubre, cuando el empeoramiento del clima obligaría a suspender las operaciones.
Durante las batallas del otoño de 1915, los alemanes aprendieron el valor de la defensa en profundidad. La idea era defender las primeras líneas ligeramente, permitiendo a los atacantes ganar algo de terreno en las fases iniciales del ataque, de modo que pasen más allá de la cobertura de su artillería. Una vez que el confiado enemigo penetraba lo suficiente en las defensas, se producía el contraataque de tropas bien situadas en segundas y terceras líneas, a veces, varios kilómetros por detrás de las primeras trincheras.
En la imagen, ciclistas del Ejército Francés durante la Ofensiva de Champaña en 1915.
Imagen tomada de http://d.ibtimes.co.uk/en/full/1380103/bikes.jpg
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