Segunda Guerra Mundial
Hoy, 20 de diciembre de 1939, el Capitán Hans Langsdorff, comandante del crucero pesado alemán, "Admiral Graf Spee", perdido frente a Uruguay, comete suicidio, siguiendo la suerte de su buque.
Será una Navidad inquieta para Europa que, en el lapso de cinco lustros, vuelve a conmemorar el nacimiento de Jesús en guerra. Es una Navidad especialmente triste para la valiente Polonia, que sufre bajo la opresión de la bota nazi y de la bota comunista, que traicioneramente invadieron el país, haciendo estallar la contienda. Finlandia, en tanto, contra todo pronóstico, rechaza los sucesivos ataques de las hordas rojas, que sufren grandes pérdidas en el proceso. El Ejército Rojo es el mayor y mejor armado del mundo, pero las terribles purgas estalinistas asesinaron a los mejores oficiales y destruyeron su moral. Dos años más tarde, frente a la "Wehrmacht", el costo será incluso más alto.
El Papa Pío XII, en su mensaje de Navidad, condena enérgicamente la agresión nazi-comunista contra Polonia: "Nos encontramos con la agresión premeditada contra un pueblo pequeño, trabajador y pacífico, con el pretexto de una amenaza que nunca existió y ni siquiera era posible. Nos encontramos con atrocidades y con el uso ilícito de medios de destrucción, empleados contra ancianos, mujeres y niños. También nos encontramos con el desprecio por la libertad y por la vida humana, desde el cual se originan actos que claman a Dios por venganza". El papa, como lo había hecho claramente su predecesor, toma partido valientemente por el oprimido. Las transmisiones radiales de Radio Vaticana insisten en denunciar las atrocidades cometidas contra los judíos polacos y la martirizada población general de Polonia. La protesta del gobierno Hitleriano, el bloqueo de las transmisiones y el recrudecimiento de la opresión son la respuesta del diabólico nazismo.
En la imagen (tomada de http://
No hay comentarios:
Publicar un comentario